(Publicado en Página/12, el 22 de febrero de 2010, bajo el título "Esta vez el agua no baja":
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/140769-45334-2010-02-22.html
"La otra tarde vi llover
vi gente correr
y no estabas tú."
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/140769-45334-2010-02-22.html
"La otra tarde vi llover
vi gente correr
y no estabas tú."
Esta vez el agua no baja. El ambiguo privilegio que me brinda mi ventana en el séptimo piso me permite comprobarlo. Hace más de una hora que dejó de llover, pero los setenta centímetros de agua acumulados sobre mi calle, en el barrio de La Paternal, permanecen imperturbables. Es inédito. Vivo aquí desde 1999. He visto inundada esta cuadra varias decenas de veces. Pero siempre, cuando para de llover, el agua empieza a bajar. Lentamente, pero baja. Nunca, como en este verano de 2010, exhibió rostro tan hostil el agua que hoy gobierna mi calle.
Prendo la televisión, aprovechando que la empresa que me vende la luz todavía sigue prestando servicio. “Canal 26” me muestra postales escalofriantes del barrio de Palermo. “Crónica TV” me informa sobre los cortes de luz e inundaciones que, por segunda vez en cuatro días, deterioran seriamente la vida en la ciudad. “Canal 9” me ofrece imágenes de hogares porteños a partir de las cuales concluyo que mi situación no es tan grave. “C5N” me recuerda que no funcionan las líneas de subte y recalca el pedido de no sacar la basura. “Canal 13”, por lo general tan solícito a la hora de reseñar el espanto, ha decidido poner en pantalla una película.
Curioso. Cae la tarde de un día laboral, en una jornada muy especialmente noticiable (de ésas que imponen permanentes flashes informativos incluso en los canales no destinados a noticias), y “La Tele” entiende que es buen momento para homenajear el humor del viejo cine argentino. De tal modo que ya no veo gente desesperada, automóviles apilados, ciudadanos iracundos, vecinos peleando a baldazos los estragos de una Buenos Aires que ‘iba a estar buena’, sino las desopilantes peripecias del Negro Olmedo y el Gordo Porcel intentando, con escaso éxito y desafortunadas consecuencias, jugar un partido de básquet. Dentro del film, las imágenes del juego son alternadas con planos de la tribuna, en donde las protagonistas femeninas (Luisa Albinoni y la siempre muy bella Susana Traverso), testigos sonrientes del desbarajuste, observan impasibles el modo en que se despliega, en la cancha, la probada inoperancia de sus pretendidos.