Publicado en "Diario Registrado", 28-7-11:
Finalmente se cumplió la predicción. No es que la hubiera desestimado, pero confieso que no esperaba que ocurriera tan pronto. Hace pocos días, en un aula de una universidad nacional, hice mención del programa televisivo que durante años condujo el periodista Bernardo Neustadt. Lo comenté con ligereza, como quien presupone que su interlocutor conoce el paño. Sin embargo, al advertir que el promedio del curso no superaba la edad de 22 o 23, me encontré formulando en voz alta una pregunta inédita cuyo sonido no dejó de sorprenderme: “¿Saben quién fue Bernardo Neustadt?”
El bochornoso silencio en el que naufragó mi pregunta (de las mayores delicias que me regaló la vida universitaria), me hizo recordar una nota que Fito Páez publicó en Página/12 hace alrededor de 20 años. En aquella época Bernardo Neustadt (por entonces oscura estrella del firmamento periodístico argentino) no desperdiciaba ocasión para arremeter contra un Diego Maradona que, en aquellos tiempos, dentro de la cancha desparramaba felicidad y, fuera de ella, respondía sin red, ante cualquier micrófono que le pusieran, todo lo que le preguntaran. Desde luego, en aquel ataque sostenido y virulento del periodista político al jugador de fútbol relucía, consecuente, esa hostilidad que la vertiente tilinga de la clase media argentina regala a todo morocho que logre, sin despeinarse, lo que ella persigue y a veces no logra ni dejándose humillar.
Lo cierto es que, en aquella ocasión, Fito Páez anunció que no pasaría mucho tiempo sin que la turbia figura de Bernardo Neustadt cayera en el más insondable olvido. Mientras que, por el contrario, el músico rosarino pronosticaba que la memoria de Diego Maradona (la admiración, el cariño, la leyenda) perviviría atravesando generaciones.
Pintorescos paralelismos de la historia, por estos días el periodista y conductor televisivo Daniel Tognetti auguraba que, dentro de cien años, un pibe aprenderá a tocar la guitarra escuchando un tema de Fito Páez (será ¿“Sable chino”, “Instant-táneas”, “La Verónica ”?); mientras que, en cambio, la memoria colectiva de Mauricio Macri a lo sumo alcanzará, en el futuro, para darle nombre a un pasaje del Barrio Parque.
El cumplimiento de la predicción de Páez ya está en curso: para Bernardo Neustadt, el futuro ya llegó. En cambio, sobre la predicción de Tognetti por el momento no podemos pronunciarnos. En todo caso, hay algo que podemos afirmar. Y que no nos quepa la menor duda: cualquier despropósito que la ciudadanía porteña cometa en el presente (como revalidar a la actual gestión, por ejemplo) , la historia lo sabrá poner en su lugar.